Otras entradas nos han ocupado de este tema tan grave y, a la vez, tan común en la sociedad moderna, la adicción al alcohol.
El hecho de que las bebidas alcohólicas estén altamente normalizadas, al alcance de todos, publicitadas en los medios masivos de comunicación y sean algo popular entre los jóvenes, hace de estas sustancias algo aún más grave.
Pero ¿qué sucede cuando el consumo indiscriminado de alcohol, se da en personas mayores? Muchas veces la imposibilidad para afrontar los problemas o las frustraciones de la vida, hace que las personas mayores utilicen abusivamente el alcohol como forma de evadir su realidad.
Si a todo esto le sumamos los problemas de salud esperables en la vida de cualquier adulto mayor y posibles trastornos mentales que se vuelven comunes a determinada edad, podemos afirmar que el alcohol se convierte en una bomba de tiempo ya que, además de luchar contra la adicción propiamente dicha, muchas veces la persona no tiene las capacidades mentales necesarias para comprender su adicción y, por lo tanto, se vuelve aún más difícil de tratar.
Se estima que, en promedio, la edad en la que se empieza a consumir alcohol socialmente es alrededor de los 14 años. La cantidad consumida puede variar de persona a persona como así también en diferentes etapas de la vida. Sin embargo, esta práctica no está libre de riesgos, y puede convertirse en una adicción si la persona comienza a beber a diario o lo hace en grandes cantidades. Pudiendo incluso, producir alteraciones psicológicas y daños físicos irreparables en su organismo.
Las campañas publicitarias y la comunicación en torno a los riesgos del consumo de alcohol, suelen estar orientadas a la población más joven, ya que según se estima, son quienes menos herramientas poseen para comprender el potencial problema que puede ocasionar.
Estas campañas, poco o nada se centran en la población mayor de 60 años o en quienes ya consumen habitualmente alcohol, ya que si bien el consumo suele disminuir en personas mayores, existe un pico de alta prevalencia después de los 65 años.
Esto se debe a que las personas de la tercera edad, con frecuencia realizan un consumo sostenido de alcohol a través de los años, con el agravante de que al avanzar en edad, los potenciales riesgos se convierten en problemas tangibles.
A su vez, el mayor tiempo libre al trabajar menos o jubilarse, puede hacer que el consumo se incremente, que comiencen a beber más temprano y que sea más frecuente verlos en bares.
Con el paso de los años el alcohol se vuelve más tóxico y peligroso debido a varios factores:
Al igual que sucede con otras sustancias como el tabaco, mantener la exposición al alcohol en el tiempo, también puede traer ciertas enfermedades nocivas y difíciles de tratar después de determinada edad:
Claro está que el consumo de alcohol en la tercera edad es un tema poco tratado y muchas veces invisibilizado, dado que las personas mayores, en ocasiones, no tienen recursos ni ayuda de familiares para afrontar sus problemas, o simplemente, no están en condiciones de darse cuenta de su adicción.
En personas de esta franja etaria específica, es importante la contención y el seguimiento constante de parte de profesionales. Nunca es tarde para recibir ayuda, no dudes en contactarnos si tú o algún ser querido sufre un problema de adicciones. Nuestro personal está altamente capacitado para ayudarte.