La mentira es algo común en los seres humanos y, al mismo tiempo, es un acto castigado y mal visto por la sociedad. Todos hemos dicho alguna vez una mentira, pero ¿Qué pasa cuando este comportamiento se vuelve compulsivo?
La mitomanía, también conocida como pseudología fantástica, es un trastorno psicológico ligado al trastorno de personalidad antisocial, las crisis emocionales y los rasgos de personalidad.
Según la American Psychological Association, la mitomanía es una “tendencia a elaborar, exagerar y decir mentiras, incluidos relatos de experiencias imaginadas, que a menudo implican autoengaño”.
Un mitómano usa la mentira constantemente en su día a día, la tienen incorporada como un mecanismo más de afrontamiento. Para estas personas no supone un problema, ya que es parte de su vida y de su forma de relacionarse.
El problema lo sufren quienes se relacionan con ellos. Estas son las que más sufren porque dejan de confiar en la persona.
Las personas con mitomanía suelen presentar varios síntomas, como por ejemplo:
Por lo general, la mitomanía está relacionada con la baja autoestima, dificultades para resolver conflictos, ausencia de habilidades sociales, conflictos interpersonales y diversas inseguridades.
La mentira le causa a la persona con adicción una sensación de alivio y placer inicial, generando una dependencia física y psicológica. En el acto de mentir, el cuerpo segrega adrenalina y dopamina que se vuelven adictivas.
Además, también existe una dependencia psicológica, una falsa percepción de que necesita de la mentira para funcionar mejor, ser aceptado socialmente o tener mayor éxito.
La tendencia a mentir compulsivamente puede afianzarse como resultado de los castigos recibidos en la infancia. Muchas veces, los niños aprenden a mentir para eludir responsabilidades o castigos. Por eso, una manera para evitar que las mentiras evolutivas den paso a la mitomanía, es no castigar a los niños cuando dicen pequeñas mentiras que nacen de su imaginación. En vez de reforzar un comportamiento negativo, es mejor explicarle las diferencias entre realidad y fantasía y promover valores como la honestidad y la responsabilidad.
Además, diferentes trastornos psicológicos están vinculados con la mentira, ya que se trata de una forma de evasión, sobre todo en el caso de adicciones, cuando la persona no desea reconocer su problema o pierde el control y recurre a la mentira para mantener su patrón adictivo. De hecho, se estima que el 92% de los pacientes mienten sobre el consumo de sustancias, el 25% sobre su consumo de alcohol y el 58% sobre su adicción al juego.
Más que desenmascarar, lo importante es poder tratarle con compasión, pues se trata de un impulso que no pueden evitar seguir, una patología. Por eso, si identificas a alguien a partir de lo que te hemos contado, puedes recomendarle conseguir ayuda profesional.
Asimismo, de manera empática, en privado y sin juzgar lo que dice, puedes hacerle notar que te has dado cuenta de las irregularidades en su historia, y ofrecerle apoyo. Recuerda elogiar sus verdaderas cualidades y resaltar la honestidad como un valor que la gente admira; así como las consecuencias reales que pueden tener sus mentiras.
La verdad también se suele falsear para obtener alguna ventaja, aunque no siempre se trata de un beneficio material, sino más bien a nivel emocional. Con sus mentiras el mitómano consigue la aprobación, el respeto y/o el afecto que necesita. Por eso, en muchos casos las mentiras patológicas esconden un deseo de llamar la atención, que se logra creando un personaje falso que la persona va enriqueciendo con mentiras.
Por eso, el tratamiento de la mitomanía pasa por fortalecer la autoestima, mejorar las habilidades sociales y de resolución de conflictos y lograr que la persona se sienta satisfecha con su realidad y consigo misma, para que no experimente continuamente la necesidad de utilizar la mentira patológica para disfrazar su mundo.
Este trabajo de rehabilitación es mucho más difícil fuera de un ambiente profesional y de contención. En estos casos la asistencia psicoterapéutica es fundamental.
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