Adicción al clonazepam, la trampa de las drogas legales

Con frecuencia solemos creer que el hecho de que una droga sea legal o esté prescrita por un médico, la exonera de ser nociva o perjudicial para la salud. Si a eso le sumamos que ciertas drogas son conocidas a nivel masivo, utilizadas sin indicación médica y en cantidades excesivas, o para cuestiones que no son para las que están diseñadas, nos encontramos expuestos ante un problema con potencial de atentar contra nuestra salud.

Tal es el caso del clonazepam, una droga que ganó mucha popularidad en los últimos años y que poco a poco empezó a ser consumida masivamente sin que nadie reparara en los posibles riesgos que puede ocasionar.

Antes que nada, es importante aclarar que, al igual que casi cualquier droga, el clonazepam genera cambios en nuestro organismo y alteraciones en nuestro cerebro, por lo que su consumo abusivo puede generar daños irreparables y generar tolerancia en nuestro cuerpo, lo cual nos lleva a que cada vez necesitemos una dosis más alta para lograr el mismo efecto.

Ahora bien ¿es posible tener adicción al clonazepam?¿Puede convertirse en una medicación realmente peligrosa para nuestra vida? Antes de contestar esto, haremos un breve repaso sobre el origen de esta droga.

 

 

¿Qué es el clonazepam?

Es una medicación de la familia de las benzodiazepinas que actúa en el sistema nervioso central y su objetivo es disminuir los niveles de irritabilidad y ansiedad, lo que sirve para relajarse y conciliar el sueño más rápidamente.

 

 

Los diferentes usos del clonazepam

  • Antiepiléptico: este medicamento puede ser utilizado para controlar convulsiones ya que reduce la actividad anormal del cerebro.
  • Ataques de pánico: la droga es utilizada, en ocasiones, para controlar ataques de pánico ya que al estabilizar el estado de ánimo, permite que la persona reduzca temporalmente la carga emocional que algunos episodios pueden ocasionarle.
  • Otros usos: en determinados casos, puede ser utilizado para otro tipo de enfermedades tales como las fobias, la bipolaridad o el síndrome de abstinencia al alcohol.

Sin embargo, este medicamento no actúa como cura de estas patologías, únicamente trata los síntomas y los efectos que produce son temporales. Es por ello que siempre es necesario que su consumo esté supervisado por un especialista.

 

 

¿Es adictivo?

En términos generales, todas las benzodiazepinas son adictivas, por lo que puede generar dependencia si no se respeta la modalidad de consumo establecida.

Idealmente este tipo de fármacos deben ser consumidos en periodos cortos y siempre bajo receta médica.

En la práctica, muchas personas alargan el tiempo de consumo y generan una dependencia al fármaco que se hace cada vez más difícil de cortar. Es por esto que la suspensión del medicamento también debe ser paulatina para que el cuerpo pueda desacostumbrarse lentamente.

Cabe señalar que además de la dependencia física, esta droga también genera una dependencia psicológica, creando la sensación de que nos sintamos mejor al tomarla.

 

 

¿Cómo interacciona con otras drogas?

Además de sus efectos adversos si se toma incorrectamente, los efectos negativos pueden potenciarse si se consume con otras sustancias como el alcohol o la cocaína, generando daños irreparables en nuestro cuerpo.

 

 

Los efectos negativos del consumo indiscriminado de clonazepam

El consumo en exceso, en dosis mayores a las recomendadas por el médico, o en combinación con otro tipo de medicamentos, puede generar ciertos síntomas negativos en nuestro cuerpo tales como: somnolencia, dolor de cabeza, vértigo, dolor muscular o articular, etc. Además, si el abuso de esta droga se prolonga en el tiempo, puede producir un deterioro cognitivo importante que se expresa en problemas de memoria y falta de concentración.

 

 

¿Cómo es el síndrome de abstinencia del clonazepam?

Se estima que más del 20% de las personas que consumen esta droga y otros tranquilizantes, presentan un síndrome de abstinencia al intentar frenar el consumo luego de sobrepasar el límite seguro de consumo (de 2 a 4 semanas). 

Este síndrome suele variar en función a la dosis y el tiempo de consumo, siendo algunos de sus principales síntomas los siguientes: ansiedad, alteraciones del pensamiento y la memoria, náuseas y vómitos, tics y espasmos musculares, etc.

Además, factores tales como la edad, la actividad física, la alimentación y posibles patologías previas, pueden agravar o reducir los malestares.

Así mismo, si la reducción de la toma del medicamento se realiza lentamente, se reducen las probabilidad de reacciones de abstinencia importantes. 

Los especialistas suelen reducir la dosis entre un 5 y un 10% cada una o dos semanas para amortiguar los posibles efectos adversos de la abstinencia. 

Es importante que cualquier tipo de droga que consumamos, esté supervisada por profesionales de la salud para evitar caer en adicciones y generar una dependencia que pueda llegar a ser perjudicial para nuestro cuerpo.

 

 

Si consideras que tienes problemas con alguna droga, sea legal o no, recuerda que estamos para ayudarte. Realiza una consulta con nuestros especialistas.

Ana