¿Adolescencia y escuelas de padres?

Para entender en qué consiste la adolescencia, debemos comprenderla des de una etapa evolutiva en la que el niño pasa a ser adulto. Viene acompañado de un conjunto de cambios hormonales y por consecuente físicos, en los que el cuerpo cambia y también su forma de pensar y sus intereses. Es una etapa en la que nuestros/as hijos/as son muy vulnerables ya que se encuentran en creación/búsqueda de su propia identidad. De quienes son, quienes quieren ser y ser aceptados/poder formar parte de un grupo de iguales.

Presentan un conjunto de características evolutivas en las que aparece:

  • La necesidad de reafirmación: Tienen que encontrar su sitio, y sentirse seguros inmersos en una inseguridad que a veces puede ser aplastante cuando su autoestima depende de los demás.
  • Necesidad de transgresión: Transgredir las normas les facilita saber dónde están los límites, y cómo padres/madres aunque muchas veces sintamos que nos odian por ello, tenemos que ponerles límites para que puedan encontrar su lugar.
  • Necesidad de conformidad intra-grupal: Buscan sentirse que forman parte de algo, de un grupo de iguales, en definitiva un lugar dónde identificarse con los demás.
  • Sensación de invulnerabilidad: Viven en una especie de “Carpe Diem”, dónde el presentismo y la diversión es lo más importante y les cuesta ser conscientes de que los actos llevan consecuencias y que pueden hacerse daño.
  • Son más susceptibles a las presiones del entorno: están en un momento en el que la deseabilidad social, es decir, el querer ser aceptados tiene una importancia central en su vida. Por ello cómo progenitores, debemos prestarles especial atención.
  • Rechazo de la ayuda del adulto: Es cierto que forma parte de la adolescencia, y por ello debemos aprender a acercarnos a ellos. El rechazo al adulto aumenta cuando nos acercamos a ellos/as desde una postura aleccionadora o desde una verdad muy absolutista de “yo tengo razón y tu te callas”.

 

Los valores y actitudes vitales que explican los comportamientos descontrolados y consumos compulsivos de sustancias en los adolescentes serían:

  • Perspectivas de futuro negativas: “Ahora toca pasarlo bien y descontrolar”, “si suspendo repetiré curso”, “los adultos son un rollo”, “los adultos no saben divertirse”…
  • Tendencia al hedonismo: Mantienen la búsqueda del placer y de la satisfacción inmediata (“sólo importa el aquí y ahora”), presentando actos impulsivos y con miedo al aburrimiento y intolerancia a la frustración.
  • Respecto al consumo de tóxicos: Utilizan los tóxicos cómo transformación química del estado de ánimo “pociones mágicas que me ponen contento/a y me quitan los miedos y las preocupaciones”. También el consumo de sustancias sirve cómo deshinibidores sociales, los cuáles te permiten “ser más gracioso, divertido, extrovertido, atrevido…”

 

Por todo ello, consideramos tan importante acompañar a los padres y madres en el duro proceso de educar y acompañar a los adolescentes que, en muchas ocasiones, con sus provocaciones o actitudes producen en los progenitores sensaciones de que no hacen nada bien.

En nuestro programa “Escuela de padre y madres”, trabajamos contra ese sentimiento de fracaso que pueden sentir los padres y las madres, y los empoderamos trabajando aspectos tan importantes cómo la comunicación, los límites (cómo ponerlos), cómo fomentar la autoestima del niño/a, cómo pasar más tiempo en familia, entre otros aspectos.

 

Elisabet Céspedes
Psicóloga Sanitaria y Directora de programas de Fundació Fòrum Terapèutic
Col. 25847

Psicóloga Sanitaria y Directora de programas de Fundació Fòrum Terapèutic
Col. 25847